Una estética formalista
utilizada por una forma aparente, que engaña emprende por medio de lo “bonito”
el vender una serie de imágenes aparentemente agradables sin descubrir un
fondo, lo cual resulta del informalismo la profundidad de las cosas. Veo que
muchas personas se venden al ni siquiera saber que su obra está en tela de
juicio por no crear e intensificar, desechando códigos inconscientemente,
inmediatamente.
La valoración carece cada
vez más, porque el valor del dinero o del desinterés del conocimiento, crece
con relación a la fama que añoran.
Un vacío absoluto,
calificado de ¡muy bonito tu cuadro, pero no dice nada más!