martes, 30 de septiembre de 2014

Cuando llueve

La lluvia se asoma cuan hermosa bocanada de fulgor  fresco, se antojan las aves de un chapuzón y las hojas casi muertas descubren de nuevo la vida. Los mendigos  en su inmensa tormenta se revelan y danzas desnudos, desprendidos de sus sinuosas vestimentas mentales. Hoy hay un augurio, un rayo que quizás me parta en dos.
La tormenta que tanto esperé surca  en mis emociones que son un desesperado intento de desvanecerme.
Hoy la lluvia culmina con todo, y los adoquines ensangrentados se limpian. Oh querido Federico,  Cali piensa en vos cuando llueve.
Mi mente divaga y recuerda con melancolía la niñez ya perdida, dulces años de inocentes reflexiones que  se van, se van…