miércoles, 9 de julio de 2014

Hoy tu recuerdo en vano llega a mí, como tormenta inesperada que descubre mi alma, amado mío añoro todo de ti, incluso aquellas conversaciones sin fin que terminaron siempre en carcajadas.  Hoy justamente al verte,  después de un largo tiempo se amontonaron como ráfaga hermosos recuerdos.
Oh! Tu sotana. Que dulcemente cubría ese cuerpo frio, sediento de amor.  Recuerdo  la reacción que causaste en todo mí ser al verte con este traje.  Mis pequeñas piernas de un impulso contrariado se cerraban y se abrían, esperando el amor.
Yo sé que te reías de mí, pero yo ardía, sintiéndome en aquel infierno en el que ardieron Francesca y Paolo, mi cuerpo no hubiera podido aguantar un día más. Mis padres me han tenido castigada, ya ha pasado casi un año y yo solo puedo verte desde mi ventana cuando pasas con las putas monjas que habitan en tu recinto. Como detesto ese lugar  de mierda,  odio que seas sacerdote. Me pregunto si flirteas con ellas, y no puedo contener mi repudio, son tan repugnantes, ¿encontraras debajo de  sus  vestidos una bella flor como la mía?  Muero de celos.


Espero poder verte lo más pronto posible, últimamente no me he sentido muy bien. Solo deseo besarte, eso creo que aliviaría mis penas  y este dolor intenso que mi pequeño cuerpo no resiste más.
Tuya Sor.