Tú lobo, que en las noches
te eclipsas para albergarte en tu infinito ser. Oh despiadada luna que te
deslumbra con su luz, y de hechizos tu mente se va liberando.
Mundo mezquino del que huyes,
hallando en la belleza de tus garras y
dientes el ligero descanso que encuentras al desmembrar tu presa, corre, corre
y abraza las tinieblas de ese invierno desolado.
La lluvia cubrirá tus patas con su manto de infinita pureza.
Corre, corre y encuéntrate.
Hay una inmensa algarabía
por estos días, muchedumbre perdida, entes desolados en el vaivén de lo fútil,
seres adormilados, prisioneros y corrientes.
Ser enigmático e
incomprendido, tú, lobo encantador y solitario.
La vida te ha despertado.
Y el
infierno abrazará a sus seres extraños,
como el viento cálido rosa
tus cabellos tizón, lobo estepario.
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