Venzo mi claustrofobia
mientras temo viendo los pies
de tu abuela
desde abajo de tu cama.
Las rodillas se desgastaron esa última vez,
por derroche, desenfreno; gemidos.
Y tú consolabas al día
siguiente mis heridas, y yo te lastimaba,
tú susurrabas a mi oído,
yo me negaba.
Ahora lamento y recuerdo
las raspaduras de aquellas rodillas.
Nuestras rodillas.
El relámpago de caricias, y me sumerjo en el olvido para controlar la pena
que me da, haberte dejado
pasar.
Este fue el que le escribiste al escrito que se te perdio?
ResponderEliminarNOOOO ESTE ES UNO Q LE ESCRIBÍ A ALGUIÉN Q DEJE PASAR EN MI VIDA¡¡¡
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