Poder que con solo fuerza
de intimidación guasa la espuma de mi estafa, hongos floreciendo y el hormigueo
cobijando la clavícula estallada.
! Que lealtad la del ídolo
ilegal!
Se trata no de hallar el
delito de mi narizona boca, es más fácil el goce de las palabras que mis ojos
dilatan, y mis oídos burlándose de lo que ven, están dispuestos a batallar la
inscripción que todos traer en la frente.
Ávido tramaré la fogosa
congestión bacteriana
¿Acaso os importa lo que
digo? viandantes mis pies se van perdiendo en el cardinal de sus deseos y
flameando en sus cabezas…
El filántropo flagélala su
caridad. Y el velo se les caerá a las añejas damas de mal, rebosaran de
lujuria, en la muchedumbre bailarán, con latentes movimientos de desvalijarán
de su vano perdón.
Hospedarán con furia
demencial, la llamada certeza natural.
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