Soledad que conmigo siempre estas, no me dejes a solas con los demás, caminemos bajo el sol truculento, que quema nuestros cuerpos, un cuerpo sin cuerpo.
Abalancémonos con la ráfaga de
ruido y multitudes que se unen solo para que nos abandonemos un poco.
Que las miradas escudriñen
los pesares ausentes de sonrisas muertas, que se pierden con el ocaso mismo del
Valle del Cauca.
Hoy los tiernos corazones
envejecen con el afán de nuestro tiempo
y las luces se pierden con tus ojos negros, encendiendo un llamado a lo desconocido.
y las luces se pierden con tus ojos negros, encendiendo un llamado a lo desconocido.
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