En la iglesia un cura confiesa pecados maravillosamente
desastrosos, queriendo abordar aquella chica hermosa que lo deja perplejo por aquellas culpas que en su alma habitan. Aborda personas, amores, besos borrachos, y un sin número de posibilidades.
Palpa más que el roce de sus dedos apenas tocándose.
No hay comentarios:
Publicar un comentario