Estúpida sensualidad tuya
que me adormece simplemente al pensarte.
Amontonada con cadáveres que ríen, se encuentra con él, que está ávido por mostrar sus cortejos, pero apenas la mira, siente como sus piernas tiemblan y no duda en bajar lentamente su mirada, que al compás de sus pasos desaparece lentamente, por aquella calle solitaria.
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